lunes, 14 de enero de 2013

DIBUJOS DE MONUMENTOS VALLISOLETANOS (2 de 3)


CONVENTO Y HOSPITAL DE SAN JUAN DE DIOS (Hospitalarios de San Juan de Dios)
Fue fundado en 1590 con el nombre de Convento y Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados o de San Juan de Dios. Se estableció en la actual calle María de Molina, esquina Doctrinos. Era refugio de pobres desamparados y de enfermos incurables.
La parte representada en la parte izquierda del dibujo corresponde a la iglesia. Allí se reconoce el campanario y una imagen de San Juan de Dios. La otra parte era propiamente hospital. Se distribuía éste en tres plantas, separándose los distintos vanos por impostas y cadenas lisas. El edificio parece antiguo, acaso de los primeros años del siglo XVII.

IGLESIA DE SAN ILDEFONSO
Antolinez de Burgos afirma que la parroquia fue fundada por D. Alonso Enríquez, penúltimo abad de Valladolid. Estuvo situada extramuros, en la calle del Sacramento, y más tarde fue traslada a otro lugar de la misma calle (hoy Paulina Harriet). Después de la exclaustración, la parroquia ocupó la iglesia inmediata de las Recoletas Agustinas, exclaustradas. Dicha iglesia también fue derribada, construyéndose posteriormente una iglesia que es aborto arquitectónico.
La antigua iglesia de San Ildefonso, que es la que se muestra en el dibujo, fue derribada. La fachada era sumamente pobre. Sobre un asiento de cantería reposaba la masa del edificio, de mampostería y ladrillo. Se cubría el arco de la puerta con una representación de San Ildefonso, probablemente en relieve. Se protegía todo con tejaroz. La parte alta ofrecía un campanario con severa arquitectura postherreriana.

CONVENTO DE JESÚS Y MARÍA
Según Sangrador las monjas de la comunidad de Jesús y María se fijaron en Valladolid en el siglo XVI. Ocuparon primeramente un edifico de cantería en la actual Acera de Recoletos. El nuevo edificio fue levantado en  la actual Acera de Recoletos. El nuevo edificio fue levantado gracias a la generosidad de D. Ventura y Dª Isabel de Onís, los cuales nombraron patronos del Convento a su hijo D. Ambrosio de Onís y a la mujer de éste Dª María de Santisteban.
El plano de Valladolid muestra la amplia fachada de este edificio hacia el Campo, cuya portada aparece detallada en el presente dibujo. El vano de ingreso era adintelado, con pilastras toscanas a los lados. En la portadita de encima se hallaban las imágenes de Jesús y María, y a los lados de aquélla, escudos, que se supone que eran de los patronos. La construcción parecía ser de los primeros años del siglo XVI.

IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA
Iglesia antiquísima, pues consta que en el siglo XII pertenecía al Convento de los Templario. Luego se hizo parroquia. En 1841 se trasladó al Convento de monjas Bernardas de Belén, que había quedado deshabitado con la exclaustración, siendo demolido el antiguo edificio. Más adelante fue también derribado el Convento de Belén, construyéndose la actual iglesia de San Juan, que ocupa el mismo lugar que la primitiva. En el dibujo se aprecia que ésta se hallaba construida por una fábrica gótica, hecha de cantería y mampuesto. La torre era sin duda lo más antiguo del templo.

CONVENTO DE LOS SANTOS MÁRTIRES COSME Y DAMIÁN (Orden de San Basilio)
Las monjas de la Orden de San Benito se instalaron primeramente en 1593 en la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, en el arrabal de La Overuela. Quisieron más tarde acercarse a la ciudad y para ello tomaron casi por fuerza la ermita de los Santos Mártires Cosme y Damián, a 24 de abril de 1602. Este edificio estaba todavía a una cierta distancia de la capital, en el camino hacia el Cabildo, ribera derecha del Pisuerga. En el desbordamiento de éste en 1636 se hundió casi todo el edificio, que fue luego reconstruido, y de esta nueva construcción nos ofrece el dibujo su fachada. Sangrador afirma que luego, de 1771 a 1773, se levantó otro nuevo templo, que fue desmantelado durante la invasión francesa.
Según el dibujo, la fachada era extremadamente sencilla. El frontón y las espadañas presentan la molduración y el ornato empleados en el siglo XVII.

CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED (Mercedarios Calzados)
Fundó este Convento Doña Leonor, esposa de Fernando I de Portugal y madre de Doña Beatriz, mujer de Juan I de Castilla. El monasterio fue reedificado totalmente en el siglo XVI. En 1849 se procedió a demoler la iglesia para abrir calle (la de la Merced) y ya a mediados del siglo XX se hizo lo propio con los dos claustros que aún permanecían en pie.
El 13 de septiembre de 1606 Pedro de Mazuecos firmó el contrato para realizar la fachada de la iglesia, aunque el resultado final debió de diferir respecto a las condiciones pactadas. En 1629, Pedro de la Vega se comprometió a construir la portada de la fachada, que presenta hueco de medio punto, dos columnas dóricas y el frontón con el escudo de la Merced. En esta labor le ayudó Felipe de Ribera. Canesi afirma que la fachada fue rehecha en 1697, pero el dibujo no acusa adulteración del plan correspondiente a la primera mitad de siglo XVII.
Según el dibujo de Antolínez, la fachada constaba de dos órdenes de pilastras toscanas, con los adornos rectangulares y de placa de la escuela postherreriana. En el centro del primer orden se hallaba la portada. La parte central del segundo orden ofrece la amplia ventana adintelada que da luz al coro. En las calles laterales y dentro de hornacinas se ven estatuas de santos mercedarios. En la cúspide se aprecia dilatado frontón y dos espadañas. El frontón contiene a su vez otro curvo con divisiones muy al uso de la escuela postherreriana de Valladolid.

CONVENTOS DE SAN JOSÉ (Mercedarios Descalzos)
Los religiosos de esta orden se establecieron en Valladolid en 1603. Después de ocupar varios sitios construyeron el Convento en 1610 fuera del Puente de los Curtidores, en las inmediaciones del final de la actual calle de Panaderos, esquina Estación. En 1812 las tropas francesas destruyeron el Convento.
Antolinez califica la iglesia como “de las más bien acabadas, más curiosas y más pulidas que tiene esta religión”. Las líneas de la fachada son sencillas y claras, con arreglo a la simplicidad propia del siglo XVII. La portada es adintelada, cubierta con dosel de piedra sosteniendo por repisas de perfil recto. Encima reposa otra pequeña portada con la imagen de la Virgen y el Niño, alojándose en el frontón roto el escudo mercedario, entre bolas sobre pedestales. La fachada pierde esbeltez con la adición de dos alas, sobre las cuales están colocadas las espadañas. Los distintos espacios cuadrados y rectangulares aparecen rellenos con una decoración plástica que el dibujo no deja adivinar, si bien por Sangrador sabemos que se formaban de bombas, morteros y otros adornos similares. Estos elementos debieron de ser añadidos a la fachada en la segunda mitad del siglo XVII, pues la traza general parece de la primera mitad.

IGLESIA DE SAN MIGUEL
Situada en medio de la actual Plaza de San Miguel y sirviendo de centro a la primitiva población, la antigua iglesia de San Pelayo era de los monumentos más representativos de Valladolid en su primera época. Más tarde se llamó de San Miguel, aunque se ignora el momento en el que se cambió la advocación. En 1489 se produjo un incendio en la iglesia, lo que sin duda motivó la reconstrucción, hecha bajo el patrocinio del Doctor Portillo y el Comendador Bobadilla.
Una vez expulsados los jesuitas en el reinado de Carlos III y habiendo quedado desocupada la iglesia profesa de la Compañía, llamada de San Antonio o de San Ignacio, en 1775 se trasladó a ella la de San Miguel. Desde entonces la antigua iglesia de los jesuitas se llama de San Miguel. En su fachada se suprimió el J.H.S. que figura en el dibujo de Antolínez y por la misma razón fue retirada de la hornacina de la portada la imagen de San Ignacio, en lugar de la cual se puso la de San Miguel Arcángel, traída de la primitiva iglesia de San Miguel, que fue demolida luego del traslado. Igual procedencia parece tener el escudo de España que hay bajo la imagen del Arcángel.
El diseño de la Historia de Antolínez representa la antigua iglesia de San Miguel conforme a la reedificación durante la fase postrera del gótico. Era toda ella de cantería, muy sólida, aunque pequeña para parroquia. Al exterior ofrece varios contrafuertes y ventanas alargadas. La portada se halla situada a un costado, el meridional sin duda. Jambas, arcos y caireles presentan la retorcida decoración gótica florida. En el tímpano y dentro de hornacina figuraba una imagen de San Miguel. Cubierto con armadura, con la derecha blandía espada y con la izquierda sostenía el escudo, ilustrado con cruz florenzada de brazos iguales. Esta imagen, que tiene rigidez gótica, es la que fue trasladada a la iglesia de San Ignacio. En la parte alta pueden verse una cornisa de bolas, tema muy usado en el gótico de los Reyes Católicos y una crestería de cuadrifolias, semejante a la que se ve en la iglesia de la Antigua y en la primitiva fachada de la Universidad.

IGLESIA DE SAN NICOLÁS
La parroquia de San Nicolás figura entre las primeras fundaciones vallisoletanas. En 1591 tomó el patronato de la iglesia y del monasterio que contiguo se iba a fundar Dª María Sanz de Salcedo, mujer que fue de Juan de la Moneda, la cual falleció a 2 de noviembre de 1596, según la lápida que se conservaba en la iglesia y que leyó González Garcia-Valladolid. En 1585 Juan de Nates y Pedro de Solórzano dirigían la construcción de la nueva iglesia, teniendo a su cargo en tal fecha Pedro de la Vega la ejecución de las puertas principales. Terminado el Convento fue ocupado por las monjas del Sacramento, Orden de San Agustín, que hasta entonces habían permanecido en su edificio junto a la Puerta del Campo. El monasterio, que se encontraba a la entrada del Puente a mano derecha, saliendo de la ciudad. Ya antes del derribo la parroquia se había trasladado al ex-Convento de la Trinidad Descalza, donde hoy continúa radicando la parroquia de San Nicolás.
El dibujo presenta la fachada tal como fuera proyectada por Juan de Nates y Pedro de Solórzano. Era bastante estrecha. La sillería avanzaba por los lados a manera de contrafuerte o de templo “in antis”. El ingreso se coronada con una cornisa a modo de dosel, sostenida por cartelas. Encima se encontraba el monumental escudo, que se supone fuera de los patronos de la iglesia. Sobre él aparece la imagen de San Nicolás, dentro de hornacina. En el piso alto se abría la ventana del coro y un gran óculo en el frontón. Junto a la fachada se encuentra la torre, amparada mediante contrafuertes.

MONASTERIO DE SAN NORBERTO (Canónigos Regulares Premostratenses)
Los religiosos canónigos premostratenses se establecieron en Valladolid en 1628 y se instalaron en la calle de Teresa Gil en 1632. Según Ventura Pérez la primera piedra de la nueva iglesia fue colocada en 1747 y debió de acabarse en 1753. Convertida en almacén aún existía en 1900. Más tarde fue derribada y en su solar se levantó el edificio de la Escuela del Magisterio.
González García-Valladolid nos describe la fachada diciendo que era de forma semicircular y de ladrillo. A pesar del juicio despectivo por el barroco que muestran Ponz, Sangrador y otros autores, la fachada poseía un gran valor.
Los elementos empleados son todos ellos arquitectónicos, manejados con más afán ornamental que constructivo. Tenía tres entradas, la central envuelta en complicado marco, de líneas curvas y quebrantadas. La fachada estaba sin concluir, como ya advirtió Ponz. Esta fachada, junto a la de San Juan de Letrán, eran los ejemplos vallisoletanos más importantes de fachada movida, oponiéndose a la rigidez y clasicismo de la arquitectura vallisoletana del siglo XVII.

PUENTE MAYOR
Es una de las obras más antiguas de Valladolid. Las fuertes avenidas del Pisuerga motivaron numerosas reconstrucciones. En 1584 Juan de Nates realizaba una importante reedificación, que no debió de ser la última, pues se sabe que otra considerable se terminaba en 1727.
En el plano de Ventura Seco de 1738 aparece dibujado el conjunto del puente, con sus diez arcos. Dibujo más completo, pero sólo abarcando la mitad del puente, es el de la Historia de Antolínez. En el extremo del puente por la margen derecha estaba la puerta monumental. Los arcos eran de medio punto, estando reforzados los pilares con contrafuertes. A cada lado del puente corría un pretil de cantería, con adorno de bolas.

CONVENTO DE SAN NICOLÁS DE TOLENTINO (Agustinos Recoletos)
Primeramente estuvieron estos religiosos descalzos en una casa fuera de la Puerta de la Pestilencia, camino de Puente Duero. Pero desde 1603 se instalaron definitivamente en el sitio en que permanecieron hasta la exclaustración, es decir, en la Acera de Recoletos (la cual tomó el nombre del Convento), esquina a la calle del Perú, por la parte de la estatua de Colón.
La fachada representa el estilo que era corriente en Valladolid en la primera mitad del siglo XVII. Estaba construida de ladrillo. Grandes pilastras toscanas daban pronunciado impulso vertical a la fachada. De las tres puertas sólo se muestra abierta en el dibujo la principal, en cuyo tímpano se veía el emblema de la Orden: dos ángeles sosteniendo un corazón atravesado por una flecha. En la hornacina se aprecia la figura de un santo, sin duda el que tenía la advocación en el templo. En lo demás pueden advertirse los conocidos elementos de la escuela postherreriana: recuadros, pedestales con bolas, óculos, triángulos curvos, etc. El conjunto se destaca como representativo del primer estilo de placas, de poco relieve.

CONVENTO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD (Trinitarios Calzados)
Fue fundado en 1417 por D. Diego López de Zúñiga. El convento quedó bajo el patronato de los Duques de Béjar, como descendientes del fundador. Antolínez tiene elogios para el edificio, al que considera entre los más antiguos de Valladolid. La iglesia constaba –según él– de tres naves, con capillas de gran tamaño, de manera que “cada una pudiera servir de iglesia”. En el siglo XVII debieron de realizarse importantes reedificaciones, pues es el perfil arquitectónico de este siglo el que predomina en el dibujo del convento que se ve en el plano de Ventura Seco. Durante la invasión francesa el convento sufrió seriamente; la exclaustración hizo el resto, de forma que a mediados del siglo XIX tan sólo quedaban del gran edificio las ruinas de un pórtico gótico. Ocupaba este monasterio amplio solar, en parte del cual se encuentra hoy el Teatro Lope de Vega.
Acaso la fachada del pórtico gótico aludido sea la representada en la lámina de la Historia de Antolínez. La portada, de cantería, presentaba baquetones y arquivolta, subiendo por los lados dos finas agujas. Sobre el arco, un medallón con la Virgen y el Niño. En la cúspide, dos santos trinitarios de hinojos, y más arriba una representación de la liberación de cautivos.

UNIVERSIDAD. FACHADA GÓTICA
La antigua fachada principal de la Universidad, la cual vemos en el dibujo, daba a la calle de Librerías. A raíz de las reformas llevadas a cabo a comienzos del siglo XVIII, aquella fachada quedó oculta, al paso que se hacía la gran fachada barroca que da a la Plaza de la Universidad. Con gran oposición de los claustrales, del público y de la prensa, en 1909 fue derribado el viejo edificio de la Universidad, del que solamente fue respetada la fachada barroca.
La primitiva fachada era gótica. El fuero universitario simbólicamente se hacía ostensible por medio de columnas unidas por cadenas. El vano de acceso se perfila con arco carpanel y columnillas en las jambas. La entrada quedaba envuelta por arco ojival apoyado también en columnillas; otro más exterior se apoyaba solamente en ménsulas. En el tímpano figuraba un alfiz quebrantado, conteniendo los escudos de Clemente VI (el que declaró “pontificia” a la Universidad de Valladolid) y de los reinos españoles. Sobre la portada había un escudo coronado de España, añadido a la fachada. Se coronaba la fachada con crestería, formada por pretil de cuadrifolias y por pináculos con decoración de granadas. La puerta deja ver el patio gótico, contemporáneo de la fachada y también desaparecido.

ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DEL VAL
La imagen de Nuestra Señora del Val era venerada en una ermita situada fuera del Puente Mayor. Pero ya desde 1547 estaba consagrada la iglesia de Nuestra Señora del Val y San Eloy, cofradía de plateros, según una inscripción leída por Antolínez y Sangrador. A esta iglesia fue trasladada en 1610 la imagen de Nuestra Señora del Val que estaba en la ermita de fuera del Puente, la cual fue seguidamente derribada. Quedó de esta manera a partir de esta última fecha la iglesia llamada del Val, que se encontraba a la terminación de la calle de Zapico, según se baja a la derecha. Existía aún en el siglo XIX.
Su fachada era de cantería, con gran portada de medio punto envuelta con alfiz que desciende hasta el suelo. En las enjutas había hornacinas, vacías cuando se hizo el dibujo; y en medio, un letrero que recordaba el poder salvador de la Virgen; sobre el letrero, un nicho, también vació. El segundo piso presentaba la ventana del coro y pilastras rehundidas. A los lados del frontón, espadañas. Esta fachada conservaba del siglo XVI la portada con su alfiz, pero lo demás era restauración del siglo XVII.

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DIBUJOS DE MONUMENTOS VALLISOLETANOS I
DIBUJOS DE MONUMENTOS VALLISOLETANOS III

BIBLIOGRAFÍA
  • FERNÁNDEZ DEL HOYO, María Antonia: Desarrollo urbano y proceso histórico del Campo Grande de Valladolid, Ayuntamiento de Valladolid, Valladolid, 1981
  • FERNÁNDEZ DEL HOYO, María Antonia: Conventos desaparecidos de Valladolid: patrimonio perdido, Ayuntamiento de Valladolid, Valladolid, 1998
  • MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: “Dibujos de monumentos antiguos vallisoletanos”, B.S.A.A., tomo XIX, 1952-1953, pp. 23-47

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