domingo, 18 de junio de 2017

PATRIMONIO DESAPARECIDO: El antiguo retablo mayor de la iglesia de Santiago, obra de los Della Robbia


Según antiguos testimonios la capilla mayor de la iglesia de Santiago de Valladolid debió contar con un magnífico retablo realizado en los reputados talleres florentinos, o más bien toscanos, de los archiconocidos Della Robbia, familia de escultores fundada por Luca della Robbia (1400-1482) que sobresalió por su producción en terracota vidriada policromada. Por desgracia este retablo, al igual que otro de similares características conservado en el Convento de San Francisco, debió de desaparecer, aunque yo prefiero pensar que se encuentra en alguna colección particular, o perdido en alguna parroquia rural. La mayor parte de las fotografías de esta entrada han sido tomadas de http://arteinternacional.blogspot.com.es/2011/11/escultura-del-quatrocento-andrea-della.html

LUCA y ANDREA DELLA ROBBIA. Altar de la Crucifixión con San Juan Bautista y San Agustín (1464-1469). Iglesia de Santa María. Impruneta (Florencia)
ANDREA DELLA ROBBIA. Pentecostés (h. 1500-1505). Chiesa di San Matteo. Memmenano
La iglesia de Santiago, la más antigua de la ciudad, tiene su origen en una humilde ermita dedicada al Santo Cristo del Escobar. El cambio de advocación en favor del apóstol tuvo lugar hacia el año 1360, fechas en las que la ermita se hallaba servida por una cofradía dedicada a Santiago. Fue hacia el año 1400 cuando la ermita se convirtió en iglesia parroquial. Nada subsiste del aquel humilde templo ya que fue totalmente reconstruido. Primeramente, hacia 1490 se reedificó el cuerpo de la iglesia, y, seguidamente, entre 1497-1500 se llevó a cabo la obra de la capilla mayor ya que en el primero de esos años se había derrumbado, al igual que la torre. Se ocupó de su reconstrucción el arquitecto Juan de Arandía, si bien las obras fueron sufragadas por el parroquiano más relevante de dicha iglesia: el rico banquero/mercader don Luis de la Serna, el cual se quedó con el patronato de la capilla mayor para sí y sus herederos, convirtiéndola de esta manera en una especie de panteón familiar.

ANDREA DELLA ROBBIA. La Adoración de los Magos (h. 1500-1510). Victoria and Albert Museum. Londres.
Finalizada la obra de la capilla mayor decidió dotarla de un suntuoso retablo mayor. Al parecer, el retablo fue traído por don Luis de la Serna desde Florencia. Así lo atestiguaba el sacristán de la iglesia en el año 1588 en el transcurso de un pleito entre el templo y el nieto del referido don Luis, llamado de forma homónima: “[he] oído decir públicamente (…) que Luis de la Serna abuelo (…) había hecho traer el dicho retablo a su propia costa de Florencia”. Otro testigo del mismo juicio nos aporta más información acerca de lo valiosísimo que era: “estando en plática con otros en dicha iglesia vio que el dicho Luis de la Serna dijo a los que con él estaban que le costaba más aquel retablo que si fuera de plata lo cual dijo porque los que con él estaban alababan mucho el dicho retablo”.
Son muy esclarecedores otros dos testimonios que nos lo describen y a la vez que nos hablan desde dónde pudo llegar. El padre Fray Matías de Sobremonte, en su Historia inédita del convento de San Francisco de Valladolid (1660), al tratar sobre un retablo similar que presidía la capilla de Nuestra Señora del citado convento refería: “en el sitio principal de ella está una imagen muy hermosa de la madre de Dios sentada con su hijo precioso en los brazos. Imagen silla y un arco de adorno es de barro cocido y vidriado de diferentes colores con tanto primor que parecen de pincel muy bueno”. El otro testimonio, también acerca del retablo franciscano, nos lo aporta el polifacético pintor Diego Valentín Díaz. El que fuera patrono del Colegio de Niñas Huérfanas llegó a afirmar que este retablo procedía de la ciudad toscana de Pisa “y que es del mismo artífice que hizo el retablo del altar mayor de la Parroquial de San Iago que es de la misma materia y labor”.

ANDREA DELLA ROBBIA. Madonna della Cintola (h. 1500). Liebieghays. Frankfurt.
ANDREA DELLA ROBBIA. La Anunciación (1475). Chiusi della Verna.
ANDREA DELLA ROBBIA. La Ascensión (1490). Chiesa maggiore. La Verna.
El nunca bien ponderado historiador local Manuel Canesi, que también llegó a conocerlo, lo describe en su Historia de Valladolid de la siguiente manera: “Luis de la Serna estampó en la capilla mayor y torre sus armas, y trasladó a la nueva de la antigua los bultos de sus progenitores ilustres, y la adornó de un retablo misterioso de ladrillo de azulejos, que entonces se usaba mucho, que llegó hasta nuestros días”.
El costo que tuvo debió ser altísimo. De hecho, García Chico refiere que era una “pieza de tan subidos quilates que a pesar de estar fabricada en material deleznable costó más que si fuera de plata”. Recapitulando, este valiosísimo retablo, realizado en barro cocido y vidriado (mayólica), fue mandado traer desde la Toscana, no sabemos si desde Florencia o Pisa, por don Luis de la Serna. No cabe duda de que quería lo más exquisito para “su” iglesia”. Martín González y Urrea piensan que pudo fabricarse en el taller florentino de Andrea della Robbia (1435-1525).

ANDREA DELLA ROBBIA. Coronación de la Virgen (1474). Chiesa dell´Osservanza. Siena.
ANDREA DELLA ROBBIA. La Crucifixión Alessandri (1480). Santuario della Verna.
ANDREA DELLA ROBBIA. La Madonna della Cintolla (1486). Chiesina di Santa María degli Angeli. La Verna.
¿Qué esculturas conformaban este misterioso retablo? En los inventarios antiguos se le describía como “de Talavera fina, y en el primer cuerpo sobre la custodia del Santísimo está una imagen de Santiago de bulto y en el segundo cuerpo un Santo Cristo con la Virgen y San Juan a los lados también de bulto”. Debido a la fragilidad del material, algunas piezas del retablo fueron repuestas o reparadas en multitud de ocasiones, una de ellas fue llevada a cabo por el escultor vallisoletano Francisco Alonso de los Ríos en 1650: “Diferentes aderezos de cosas de madera y el retablo. Debe la dicha fábrica ocho ducados que pagué a Francisco Alonso escultor del aderezo que hizo en el retablo del altar mayor el año de 1650 de dos cabezas de alabastro que hizo la una para Santiago otra para San Joseph un brazo para el Ángel de la Salutación y otro para un moro y otras piezas que ha hecho en dicho retablo y de limpiarle, pegar dichas piezas y componerlas de que hay carta de pago”.
La referida fragilidad unida al cambio de gusto llevaría a la parroquia a renovar el retablo mayor de la iglesia. La retirada del retablo, si aceptamos el testimonio de Canesi, tuvo lugar en 1698. En dicho año se le apartó “para formar un nuevo retablo en la Capilla mayor que adornarse su magnitud, según la práctica y estilo de hoy; y habiendo conseguido su celoso proyecto a costa de muchos desvelos, quitaron el antiguo que tenía de azulejos el año de 1698, y en su elevado espacio construyeron otro muy primoroso”.

ANDREA DELLA ROBBIA. Madonna y el Niño entre San Cosme y San Damián (1466). Archiconfraternidad de la Misericordia. Florencia.
ANDREA DELLA ROBBIA. Virgen de los Canteros (1475). Museo Nazionale del Bargello. Florencia.
ANDREA DELLA ROBBIA. La Natividad (1479). Santuario della Verna.
El nuevo retablo, realizado por Alonso de Manzano y Juan de Ávila, debió comenzar a construirse en 1698, año en que según Canesi se retiró “el antiguo que tenía de azulejos el año de 1698, y en su elevado espacio construyeron otro muy primoroso”. A pesar de la espectacularidad de este nuevo retablo mayor barroco que forra completamente el ábside es una verdadera lástima no haber conservado aquella joyita traída desde tierras italianas. Una vez más hemos de lamentarnos de una pérdida, aunque hay que sentirse orgullosos del patrimonio del que llegó a gozar esta ciudad, y asimismo esto ha de ayudarnos a concienciarnos para trabajar, cada uno desde sus posibilidades para frenar la pérdida de patrimonio. Llevo un par de días dándole vueltas a esto de la merma patrimonial desde que encontré un detallado inventario del siglo XIX de la iglesia del Salvador y lo comparé con lo que actualmente conserva. Por desgracia no tienen nada que ver… una pena.

ANDREA DELLA ROBBIA. Retablo de la Trinidad (1485-1486). Catedral de Arezzo.
ANDREA DELLA ROBIA. Altar del Sacramento. Chiesa dei Santi Apostoli. Florencia.

BIBLIOGRAFÍA
  • AGAPITO Y REVILLA, Juan: “Valladolid. La capilla mayor de la parroquia de Santiago. I”. En VV.AA.: Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones (1913-1914): Castilla artística e histórica. VI, Grupo Pinciano, Valladolid, 1986.
  • CANESI ACEVEDO, Manuel: Historia de Valladolid (1750), Tomo I, Grupo Pinciano, Valladolid, 1996.
  • GARCÍA CHICO, Esteban: Valladolid: Papeletas de Historia y Arte, Gráficas Andrés Martín, Valladolid, 1958.
  • GONZÁLEZ GARCÍA-VALLADOLID, Casimiro: Valladolid, sus recuerdos y sus grandezas: religión, historia, ciencias, literatura, industria, comercio y política, Tomo I, Imprenta de Juan Rodríguez Hernando, Valladolid, 1900.
  • MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José y URREA, Jesús: Catálogo Monumental de la provincia de Valladolid. Tomo XIV. Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid (1ª parte), Institución Cultural Simancas, Valladolid, 1985.
  • URREA, Jesús: “El escultor Francisco Alonso de los Ríos (¿-1660), B.S.A.A., Tomo XXXVIII, 1972, pp. 355-369.
  • URREA, Jesús: La iglesia de Santiago de Valladolid, Parroquia de Santiago, Valladolid, 1977.

1 comentario:

  1. Demasiado patrimonio perdido. Es preciso restaurar aquellos monumentos que lo precisan así como mantener y proteger lo mucho que todavía nos queda y si fuera posible, recuperar algunas piezas que "salieron" de nuestra provincia.
    Saludos. Miguel Angel

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